jueves, 21 de enero de 2010

Coaching para Líderes Políticos

Coaching para Líderes Políticos

Trasformando los Quiebres en Oportunidades

Hoy habitan en un “Quiebre” los dos bloques políticos que postularon a alcanzar con sus candidatos la presidencia de la República y liderar la conducción política y administrativa de Chile. Este quiebre es una excelente oportunidad para aprender a aprovechar la energía que allí se concentra y canalizarla para generar acciones efectivas y construir, ya sea un gobierno eficaz o una oposición en paz y productiva, si es emocionalmente articulado y conducido responsablemente por ambos bloques. En este sentido, el Coaching ofrece una metodología para transformar un quiebre en una oportunidad de crecimiento y desarrollo del Ser político de todos los involucrados en el fenómeno del quiebre.

Cuando distinguimos un fenómeno como quiebre, estamos reconociendo que ha ocurrido un hecho que nos afecta emocionalmente, expandiendo o cerrando el espacio de posibilidades que teníamos a mano para actuar en una dirección u otra antes que ocurriera este hecho. En este caso, el hecho es el resultado de la elección, cuya consecuencia para un bloque fue la obtención de la presidencia y para el otro lo contrario, no lograrla.

Para la coalición que alcanzó la presidencia el impacto emocional estará marcado por la alegría, más aún por una euforia y un estado de ánimo de ambición y optimismo. Esta energía emocional generará una mayor apertura para identificar un amplio horizonte de posibilidades asociadas a liderar un nuevo gobierno, administrar el estado y generar políticas públicas para servir a las promesas que contiene su programa.

En otro sentido, para quienes no alcanzaron la presidencia los embargará un espacio emocional que deriva de la rabia y la pena. Desde el espacio emocional de la rabia algunos buscarán denostarse fallas recíprocas, con resentimiento, indignación y frustración. Y otros desde la pena, se mirarán con autocompasión, sintiéndose culpables, auto descalificándose e invalidando su acciones pasadas.

Para ambos bloques el Coaching postula un novedoso enfoque para articular este tipo quiebre en el dominio político. Distingue que si los líderes y sus equipos se quedan pegados en estos espacios emocionales; euforia para un bloque y resentimiento y autocompasión para el otro, correrán el riesgo de tomar decisiones y optar por acciones inefectivas para lograr sus propósitos. Salir de estos espacios y volver a uno sustentado en la quietud y silencio emocional, que lo llamaremos centramiento, es el desafío del momento para operar desde ahí y diseñar el futuro deseado.

El centramiento es un espacio de equilibrio, sustentado en la paz emocional, la quietud corporal y el silencio mental, que permite mirar desde ahí los hechos y sus resultados como una experiencia rica en aprendizajes para que permitan explicar desde nuevas lógicas (emocionales) que fue aquello que influyó en uno u otro resultado y, como diseñar ahora un plan de acciones que se haga cargo en forma original de las consecuencias. El centramiento facilita conectarse con las potencialidades, movilizando nuevos recursos y redes que lleven a acciones y lógicas de operación inéditas para sustentar el futuro que desean construir, ya sea para gobernar en forma efectiva o hacer una constructiva oposición, que es además una petición de la ciudadanía en general. En este punto es necesario comprender y aceptar que gobierno y posición generan y son parte responsable de generar y liderar un sistema de gobernabilidad para dar al país las garantías que faciliten alinear el funcionamiento de todas sus instituciones y organizaciones, impactando en el logro de una convivencia en paz, resolviendo con mejor calidad las demandas y necesidades de la comunidad.

Aprender a centrarse requiere identificar y aceptar la emoción que nos tiene atrapado, luego integrarla a nuestro dominio consciente y desde allí regularla para llevarla a un nivel neutral, que sirva para juzgar los hechos vividos sin atribuirles la categoría de “buenos o malos”, comprendiéndolos como parte de la facticidad de la vida (ya no se pueden cambiar), valorándolos además, como oportunidades para aprender a identificar la coherencia o forma de ser en que nos habíamos constituido para actuar como actuábamos, núcleo de identidad que generó los resultados .

En ese sentido, como no teníamos habilidades emocionales para distinguir que estábamos actuando en forma automática desde un punto de ceguera emocional, sin ser concientes de la relación de causalidad entre coherencia emocional y resultado electoral, éramos inocentes de las opciones que emprendimos. El desafío ahora es hacernos cargos o “empoderarnos” para diseñar una nueva coherencia para actuar en el presente y liderar la construcción de un futuro más promisorio. En este proceso la asistencia del Coach es crítica, quien muchas veces será un espejo emocional y a través de preguntas posibilitará que los afectados descubran como salir de su ceguera para no continuar actuando automáticamente y hacerse cargo ahora de adquirir nuevas competencias para lograr actuar desde nuevos espacios emocionales y discursivos.

Si se quedan en la euforia percibirán muchos caminos, declarando estamos abierto a todas las posibilidades, sin embargo quedarse abierto a todas las posibilidades equivale en la práctica a no hacerse cargo de elegir y focalizarse en algunas. Por el contrario, desde el centramiento será más efectivo distinguir posibilidades, evaluarlas y luego elegir aquellas que sean más pertinentes a lo que se desea alcanzar. En este sentido, para quienes gobiernen el desafío consistirá en buscar aquellas acciones y lógicas virtuosas que los lleven a sustentar sus promesas y los compromisos adquiridos desde la impecabilidad, para constituir a los equipos que juzguen tienen las competencias para liderarlas y concretarlas en planes de acción con objetivos y metas claras, áreas de responsabilidad y estándares de desempeño asociados con la calidad de la políticas y los proyectos que exige la ciudadanía.

Para quienes no lograron la presidencia el centramiento les permitirá evitar las descalificaciones y autocompasiones, para desde ahí focalizarse en distinguir que es aquello que hay que aprender para construir nuevas coherencias emocionales y discursivas, que trasformen su identidad y se posicionen públicamente con un Ser político innovador, flexible, atento a escuchar en forma más efectiva lo que les demanda la ciudadanía parar jugar un nuevo rol en su quehacer político y social, emergiendo nuevos estilos de liderazgo político y articuladores de los nuevos intereses de la ciudadanía. Lo anterior se resumen en su capacidad de re-inventarse y tener una nueva identidad y sentido en su quehacer político.

¿Cuánto humor te permites en esta crisis?

Humor tiene una acepción etimológica extraordinaria. Según estudios de mi amigo Jaime de Casacuberta, la palabra tiene dos significados. ...