miércoles, 13 de marzo de 2013

Los recursos son infinitos


Cuantas veces he escuchado la declaración de que los recursos son escasos y caros. ¿Cómo ha afectado esta declaración la felicidad de las personas y los resultados de las organizaciones?.  Si hemos crecido en una cultura que tiene este paradigma, seguramente hemos aprendido a vivir la vida   desde la escases, en todos los dominios de la vida.

Más aún, postulo que esto ha significado pararnos desde el espacio emocional de los límites y, desde ahí, percibir y actuar en el mundo auto-limitando nuestras capacidades y el talento para crear.  A mi juicio, esta es la base de la inefectividad e insatisfacción en la vida.

 Muy por el contrario, he observado que cuando las personas se posicionan del paradigma de la abundancia, o del poder[1], todo quiebre, necesidad o requerimiento  lo transforman en una oportunidad para aprender a ser mejor.

Limites o poder, escases o abundancia, son dos culturas que configuran una forma de ser y hacer que tienen consecuencias y resultados muy distintos. Si nos quedamos en los límites y escases nuestra vida fluirá en la contracción, en el miedo, en la desconfianza y competencia. Por el contrario se nos paramos en el poder  o la abundancia nuestra vida fluirá desde la confianza, el compartir, colaborar y disfrutar de la vida.

Cómo la cultura se replica o como cambia, es producto de nuestra capacidad de aprender y evolucionar,  es posible aprender a vivir en la abundancia. Esto  me anima a escribir este texto, con la esperanza de que los nuevos líderes que requiere nuestra humanidad se pararan desde la abundancia. 

La responsabilidad de todos quienes  por distintas circunstancias de la vida somos referentes para otros, es en el ejercicio de nuestro liderazgo. Si alguien nos sigue, si alguien juzga que nuestra forma de ser y hacer es valiosa, pues siente que le afectamos el espacio de posibilidades para su desarrollo,  nuestro lenguaje, especialmente el tipo de conversaciones que abramos con ellos serán críticos para crear una nueva alianza, donde ambos nos sintamos parte de un mundo y vale la pena vivir construyéndolo juntos. Pare ellos he elegido estos cuatro regalos: empatía, asertividad, impecabilidad e innovación. 

 

4 Regalos del Coaching

Desde la abundancia brota la  capacidad creativa que manifiestan los seres humanos para resolver sus requerimientos y necesidades de una forma original, eficaz y valiosa.  Esa energía que los mueve para disolver una inquietud, para encontrar una respuesta o, para volver a un punto o centro de equilibrio, que les devuelva la estabilidad, luego de atravesar un quiebre, una perturbación, una tormenta.

Me he demorado dos meses en escribir este texto más, cincuenta años en concebirlo.

Así, construimos respuestas echando a mano aquellos recursos que identificamos y los movemos para transformarlos en un satisfactor que colme nuestra búsqueda, esa ansiedad primaria o tensión basal, que nos constituye en un ser dinámico, en un “inconformista”, en “un conspirador social”, en un “buscador errante”. Es como si supiéramos que siempre hay algo más allá, que podemos ir más lejos, que podemos mejorar, que podemos hacerlo distinto, sorprendernos con lo que descubriremos si damos un paso más.  Tal vez esta ansiedad de los hombres occidentales, incluyo la mía,  es la responsable de la civilización que hemos creado, con sus luces y con sus sombras.

Siempre que caminamos en búsqueda de respuestas trascendentales la ruta se trasforma en un círculo que desemboca de vuelta en nuestro interior

A través de este libro te invito a navegar hacia un horizonte interno. Volver la mirada sobre tu Ser, descubrir en ti el continente maravilloso que te habita, a encontrar en el centro de tu ser un espacio de paz y fecundidad para que, sin ansiedad, construyas tu habitad desde la abundancia.

Esto que declaro es paradojal,  como todo en la vida, cuando hacemos algo es nuestro ser el que aparece,  entonces, lo que promuevo, es aquello yo que yo también necesito y busco. Yo soy el primer lector de estas páginas.  No es una lección para nadie, es un camino que te invito a compartir.

Escribo para mí, como una conversación intima, que ahora hago pública y la comparto para que cada uno de ustedes encuentre su  inspiración y escriba su propio texto. Creo que cuando yo crezco todos crecemos, cuando tú te sanas, todos nos sanamos, cuando una persona  aprende y adquiere una competencia, es la humanidad la que ha avanzado.

Surge  ahora en mí hablar de la confianza, esa emoción, concepto o idea, que nos persuade a entregarnos con  fe y esperanza a lo que viene, con la convicción de que siempre existirá el sostén, la mano, el tejido que nos acoja, sin mediar resultado alguno. La esperanza llega como una sensación que nos devela que lo que viene será un regalo el que expandirá nuestras posibilidades para aprender a ser más valiosos. 

Me motiva compartir con cada uno de ustedes aquello que me asombra, que me sorprende, lo que he aprendido. Llevo más de veinte años, consiente,  observando preguntando y conversando con distintas personas, de diversas culturas, credos y religiones, que han emprendido algún proyecto, lideran una organización o simplemente han decido ser más felices, arriesgándose en sus iniciativas, de cualquier naturaleza, ya sea económica, social, ambiental, de salud, de relaciones sociales, en fin, un sinfín de tipos de proyectos.

De eso se trata, de ser felices. Entonces, desde ahora declaro que mi máxima motivación es contribuir a que  aprendamos y vivamos más felices. “Sé feliz en todo lo que emprendes”

Éxito en la Gestión

¿Qué entendemos por Exito?. Cada uno tiene su propia  definición y significado para este término. Para unos será disfrutar el proceso de vivir consiente, para otros serán los resultados de su quehacer. Llegamos a ella fruto de la búsqueda por satisfacer una necesidad ya sea económica, de reconocimiento social, trascendencia, bienestar, felicidad, plenitud o realización.

El éxito es posible medirlo,  apreciarlo y sentirlo. Así una gestión exitosa exhibirá resultados concretos, será apreciada y valorada por la comunidad y generará una sensación en sus gestores de realización, plenitud y trascendencia.    

Es interesante enfocarse en el gestor, más que hablar de la gestión en sí misma, ya que en ella se devela su ser, que tiñe su proceso con todo lo que sabe, cree y quiere generar para lograr concretar sus objetivos y metas. En el proceso de emprender una iniciativa,  liderando a un equipo de trabajo para ejecutar un plan,   reconocemos a personas que articulan, en base a su experiencia,  ingenio, olfato e intuición, o siguiendo ciertos métodos, escritos por otros, una forma que le haga sentido para organizar sus acciones y sacar adelante sus proyectos, sus planes, su organización, empresa o su misma vida, para llegar a un resultado esperado, deseado, valorado. Así cada persona le impregnará su sello de particularidad a su gestión y ello significará un grado de originalidad y riqueza que configurará una historia única.

He considerado conveniente revisar la raíz de la palabra gestión que nos convoca a este diálogo. La palabra Gestión viene del Latín,  gestionis, compuesta de gestus, que se refiere a un hecho concluido y de tio, que se refiere a acción y efecto. Gestión, desde esta perspectiva,  sería emprender una acción para lograr un resultado o efecto esperado, para satisfacer al gestor, su entorno o grupos de interés relacionados con su actividad. 

Desde mi perspectiva, el éxito en la gestión es lograr resultados sorprendentes, que tengan un sello de originalidad,  calidad, sustentabilidad y que sean validados socialmente, producto de un proceso creativo, liderado por equipos  alegres e impecables que sienten que han aportado valor a la vida.

Lo paradojal  que hay en esta declaración es que no hablo del líder gestor, pues un liderazgo efectivo se aprecia en la calidad de equipo y sus resultados. El líder habita en cada integrante y cada integrante es un líder, ese es el éxito del liderazgo. “Uno para todos y todos para uno”

Como habrán constatado en su experiencia de vida, la mayoría de las personas  aspiran a ser inteligentes y a ser reconocidos como tales, yo también caí en ese juego. Nos enseñaron a ser inteligentes, de lo contario seríamos “burros”.  Nos entrenaron para asumir con claridad las explicaciones de otros, induciéndonos, a costa de reprobarnos académicamente, a aplicar fórmulas ya probadas en la resolución de los desafíos. Es cierto que en algunas áreas de la vida eso funciona, sin embargo, siento que la educación formal se ha extra-limitado, produciendo observadores estándares, entrenados para elegir respuestas ya determinadas para asumir la vida.

 En nuestra formación o estudios el sistema educativo tradicional procuraba que desarrollemos las capacidades de conocer, analizar, memorizar  y así dominar un tipo de respuesta para ser valorados. Por décadas se valoró algunos dominios de la inteligencia, privilegiando unas sobre otras, intelectual, académica, lógica, matemática. Hasta que alguien dijo, basta, hay muchas inteligencias y todas ellas son valiosas y necesarias. Bueno, entonces de que hablamos cuando hablamos de inteligencia, revisemos lo que hay escrito sobre ella (para eso tenemos Internet)

De acuerdo a etimología, un individuo es inteligente cuando es capaz de  escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema, dentro de un abanico de posibilidades ya determinadas.

Desde nuestra perspectiva la inteligencia en la gestión es la capacidad buscar caminos con identidad para generar resultados originales, efectivos y valiosos, satisfactorios a nuestros intereses y los de la comunidad, movilizando múltiples recursos personales y redes sociales.  

 

Los cuatro regalos (inteligentes) que a nuestro juicio, son necesarias cultivar y aplicar para lograr una gestión exitosa  son:

 

Empatía emocional

Asertividad conversacional

Innovación emprendedora

Impecabilidad ejecutiva

 



[1] Poder entendida como el juicio de que tengo mi capacidad de ser el protagonista de mi vida transformándome en un creador de posibilidades   

¿Cuánto humor te permites en esta crisis?

Humor tiene una acepción etimológica extraordinaria. Según estudios de mi amigo Jaime de Casacuberta, la palabra tiene dos significados. ...