miércoles, 18 de agosto de 2010

El Profesor efectivo; escuchador, flexible y co-inspirador

Nunca antes en la historia los sistemas educativos habían estado sometidos a tantas críticas, exigencias y evaluaciones. Se ha diagnosticado que el sistema educativo chileno, comparado con los resultados que presentan países desarrollados, es de mala calidad es decir, no garantiza que los alumnos adquieran aprendizajes de acuerdo a estándares esperados

Las principales soluciones que se proponen para mejorar los resultados es aumentar la inversión que se hace por alumno, de manera de proveerle la infraestructura, el equipamiento y los recursos pedagógicos pertinentes para que desarrolle su vida académica en un entorno propicio. Por otro lado, también se promueve capacitar a los docentes para que mejoren el dominio en sus disciplinas, se adecuen a nuevas metodologías y manejen los contenidos y evaluaciones en forma efectiva.

Considerando que las propuestas anteriores son importantes, plantemos que el centro fundamental de este debate requiere considerar dos ejes: el aprendizaje y la docencia, pues el sentido de la educación y de sus organizaciones es que los alumnos instalen en su ser aprendizajes significativos para sustentar habilidades y competencias que le permitan desarrollarse plenamente en los distintos espacios que la sociedad moderna les ofrece.

Recién estamos comprendiendo y construyendo un nuevo paradigma que da cuenta que el aprender es un fenómeno integral generativo que involucra todos los dominios del ser. Que el aprendizaje es un proceso de auto-construcción que se sustenta al menos con la participación de tres dominios del aprendiz, sus emociones, su pensamiento y lenguaje y, su corporalidad. Estos tres dominios se despliegan en un contexto determinado, en este caso particular es el colegio y específicamente el aula. El proceso de aprendizaje implica que el aprendiz se expone a una experiencia, diseñada y liderada por un profesor, que lo desafía a través de conversaciones, a responder nuevas interrogantes. Es a través de la conectividad entre el profesor y otros alumnos que el aprendiz encuentra sentido a la experiencia y distingue nuevas posibilidades para ir respondiendo a las nuevas preguntas, pues estas son las llaves del aprendizaje. En este proceso el docente, el aprendiz y la comunidad de aprendizaje se exponen mutuamente afectándose en los tres dominios; sus emociones, su pensamiento y sus movimientos corporales.


Este nuevo paradigma desafía a los profesores a comprender y actuar consecuentemente con el principio de que el conocimiento y el aprendizaje no se transfieren, se construyen desde el alumno y que su rol en este sentido es co-inspirarlo, integrándolo a experiencias significantes para que encuentre una relación significativa entre sus intereses y motivaciones con la oferta programática que le expone.

Llevar a los alumnos desde sus intereses y motivaciones a generar una oportunidad para aprender y que ello está vinculado con el currículo, es crítico, pues de esa forma encontrará sentido ir al colegio o a educarse. Cada alumno es un mundo de intereses y motivaciones particulares, ninguna es buena, positiva, negativa o mala por sí misma, sólo valorando su legitimidad y haciéndolas conscientes es posible formar una alianza con los alumnos donde el docente esté al servicio del su aprendizaje aprovechando como insumo para el proceso lo que a él le gusta, le hace sentido y valora.

Expongo tres competencias que a mi juicio son fundamentales en este nuevo paradigma:
a) escuchar, en silencio, desde el silencio, en paz y quietud. Este escuchar le favorecerá conectarse con los alumnos, con sus intereses y motivaciones, que muchas veces distan de estar conectadas con la oferta educativa. Hay que educar desde el centro e interés del alumno. Aprovechar su energía para con ella diseñar experiencias significantes de aprendizaje para luego ligarlas con los contenidos curriculares.

b) flexibilidad emocional, corporal y actitudinal para navegar con fluidez por los distintos contextos y escenarios en que el niño y joven vive hoy. Los niños más que nunca en la historia requieren desarrollar su polifuncionalidad (inteligencias múltiples) y estas se traducirán en habilidades e intereses distintos. El docente flexible potenciará la diversidad y pues esta riqueza será tierra fértil para transformar la creatividad de los niños en acciones efectivas para resolver sus inquietudes y fomentar el pensamiento crítico, el empoderamiento, la cooperación, el trabajo en equipo y liderazgo.

c) liderazgo co-inspirador que conmueva y movilice en los niños nuevas posibilidades para dar lo mejor en cada actividad. Ofrecer un discurso nuevo de positivismo, que le recuerde al alumno lo maravilloso que es, con esperanza para que se entregue confiado a la aventura. Que los fracasos no existen, los no logros son solo un referente para seguir superándose. Que lo más importante es sentirse un ser creador, protagonista y creador del mundo, en el cual todos son importantes y llamados a hacer aportes desde la paz, la amorosidad y la impecabilidad en los compromisos.

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