Aula efectiva: juego, tecnología y coaching

Cómo se están integrando y desarrollando estos tres componentes en el aula actual?. Cómo los maestros están transitando a este nuevo espacio conversacional para generar los aprendizajes?

El aporte del aula a la calidad de los aprendizajes y, como consecuencia de ello, a la educación que hoy logran nuestros alumnos, merece una discusión más integral y renovada.
Al decir aula, estamos distinguiendo un espacio con una estructura en la que está presente un docente, un grupo de aprendices y un contexto diseñado para generar una experiencia significativa de aprendizaje. No necesariamente el aula está contenida en cuatro paredes. En este sentido, el aula efectiva sería aquel espacio físico o virtual donde convergen factores críticos o condiciones que sustentan una relación entre los alumnos, el docente y las actividades pedagógicas, que hacen posible  que se instalen ciertos conocimientos de una forma sistemática dotando a los alumnos de aprendizajes esperados bajo ciertos estándares.
Los tres componentes que menciono en el título de este artículo apuntan esencialmente a configurar un nuevo contexto para crear una conexión entre los alumnos y, entre ellos y el docente, de una manera virtuosa, que haga posible que se expandan sus capacidades de comunicación, entretenimiento y aprendizaje en forma exponencial.


Partamos por el juego. El juego es un componente crítico para el desarrollo del ser humano, está sustentado en la emoción de la alegría. En el espacio emocional de la alegría se expande el Ser en acciones de sociabilidad,  creatividad y entretenimiento, dotándolo de posibilidades para su bienestar. En el juego adquirimos nuestros primeros roles, la aceptación de reglas, el desarrollo de habilidades socio-afectivas, como comunicarnos, trabajar en equipo y cooperar. Todos elementos fundamentales de lo que hoy llamamos inteligencia emocional y social, componentes críticos del carácter asociado al éxito en la vida académica  actual y para el futuro laboral de los alumnos.
Po otra parte, la tecnología de las comunicaciones y de la información en su expresión de la computación, internet y telefonía móvil, nos permiten en tiempo virtual acceder a datos, información y conocimiento en forma instantánea, que antes a otros tomó décadas generarlo,  y a conectar nuestros pensamientos y emociones a comunidades cada vez más grandes y multiculturales, facilitando la formación de nuevas redes sociales donde emergemos con nuestro Ser siendo protagonistas del mundo. Es decir, los niños hoy son y generan noticias para una audiencia creciente que está conectada permanentemente.  La distancia física entre los seres humanos ya no es un límite para conectarse  y el tiempo para buscar información se ha reducido sólo a un clic.
Por último, el coaching, disciplina para acompañar a las personas a desarrollar sus capacidades para expandir sus posibilidades de aprender y lograr metas y objetivos de una forma más eficaz, cada día se ha validado más, produciendo una gran revolución en las metodologías de enseñanza, capacitación y formación de equipos de trabajo de alto rendimiento.
Es necesario reconocer que estos grandes  cambios e innovaciones en el aprendizaje han provenido del mundo de la empresa y no se han  transferido a la educación. Estos enfoques de cómo organizarse para lograr mayor efectividad en las tareas, han sido generados y liderados por organizaciones económicas que, en busca de mejorar la productividad, innovación y el clima laboral, han ido probando distintas metodologías e incorporando nuevas tecnologías a su dinámica organizacional. El mundo del trabajo ha avanzado de los procesos industriales sustentados en la estandarización de la producción en línea, a procesos de incorporación de valor agregado, a través del desarrollo de la creatividad e innovación, basados en la gestión del talento de las personas y equipos de trabajo. También se han integrando a la empresa conceptos como los de círculos de la calidad, re-ingeniería de procesos, gestión del conocimiento, etc. Y también se han buscado nuevos estilos de liderazgo que han ido desde aquellos centrado en la tarea, a la de los de procesos y hoy, a los centrados en la calidad de las relaciones humanas, enraizados en la confianza, inteligencia emocional, social y ecológica, componentes del desempeño de las organizaciones que han mostrado mejorar su tasa de sustentabilidad económica y social.
En la educación y especialmente en el aula, no se han observado estos fenómenos de innovación en el cómo abordar la enseñanza. Por el contrario, hoy la mayoría de las escuelas y especialmente las públicas están absolutamente desenfocadas de esta realidad.
Postulamos que los docentes requieren dominar la tecnología del Coaching para que se transformen en líderes inspiradores de los aprendizajes y en conductores efectivos de conversaciones que abran posibilidades para que los alumnos se encanten con los desafíos académicos. Docentes que aprovechen la energía emocional y corporal de los alumnos para canalizarlas en ejercicios y dinámicas que le provean de experiencias para fortalecer su autoestima, autonomía, creatividad y capacidad de auto-liderazgo y auto-responsabilidad.
Docentes que manejen las TICs y favorezcan la conectividad y formación de comunidades virtuales de aprendizaje, donde cada integrante partiendo de su singularidad, motivación e intereses, haga sus aportes de contenidos para que todos se enriquezcan con la diversidad.
Finalmente docentes que lideren juegos o metodologías lúdicas, que ello sea un eje fundamental de la dinámica de aprender. La alegría, el juego y el humor son condiciones emocionales fundamentales para sentirse bien, participar, pensar, cooperar y sentirse parte de un proceso renovado del conocimiento y con  entusiasmo abordar la tarea de aprender.