Fernando
Flores ya lo plateaba en una de sus últimas entrevistas; los ejecutivos o
gerentes de hoy requieren de las
humanidades. Es decir, está dando cuenta de una anomalía o carencia en la
formación de muchos gerentes/líderes que conducen las organizaciones modernas,
los que en su mayoría cuentan con
estudios superiores o universitarios y
postgrados, que los han provisto de modelos y explicaciones para resolver
“problemas” o desafíos que ocurren en un mundo cartesiano sustentado en una lógica matemática “objetiva”.
Desde
nuestra perspectiva, constatamos que la gran habilidad que no han desarrollado
estos líderes es su capacidad de conversar en forma virtuosa. En otras
palabras, conversar para generar relaciones confiables, que permitan recrear
nuevas posibilidades, quebrando practicas rutinarias e inefectivas, con las cuales abordar todos los desafíos que experimentan
las personas en vertiginoso mundo, de hoy en busca de bienestar para vivir más felices.
Aún
el mundo de hoy está poblado por líderes y personas aferradas a viejas
distinciones de lo que es o no posible para el ser humano en la vida, como si la realidad estuviera formada por
objetos, por cosas y que éstas tienen un prevalencia sobre la voluntad de los individuos,
determinado su comportamiento, y no por personas que crean realidades y que son
capaces de transformarlas con su discurso y acciones congruentes. El mundo a
nuestro entender es un conjunto de personas que se crean a través del lenguaje,
generando cuentos o relatos de cómo se perciben, ellos mismos y a la vida y, desde ahí cómo construyen su propia
historia. (La magia del universo no son sus átomos son las historia o cuentos
que crean las personas sobre este)
Así,
el mundo que restringe las potencialidades creadoras del ser humano, está cargado
de emociones que boicotean las posibilidades de crear, tales como es el miedo,
la desconfianza, la escases, la pobreza, la competencia, el negativismo, el
resentimiento, entre otras, que son los
principales enemigos que habitan en muchas personas, equipos y organizaciones
(que han sido aprendidos culturalmente), y son los que verdaderamente desafían la
gestión de excelencia de personas por parte del líder de hoy. No es el mundo
que creamos proyectando nuestro ser en el entorno el que hay que cambiar, es el mundo interno
que portamos en nuestro interior, para que cambien nuestra infelicidad, por eso
postulamos que son las habilidades socioemocionales las que constituyen el ser
de un líder moderno y efectivo. Tal como una persona tiene su propio cuento de
sí mismo, las organizaciones también son
construcciones conversacionales que se
definen en un relato o cuento, que le cuentan a sus audiencias de lo que son
capaces de ofrecer, hacer y responder.
Por
esta razón, los gerentes/líderes ocupan la mayor parte de su tiempo
conversando, escuchando, preguntando, proponiendo, seduciendo, es decir, su tiempo se valora por su capacidad y calidad de vincularse
efectivamente con sus equipos y generar compromisos para actuar en forma
impecable en la resolución de un requerimiento o necesidad de todos los grupos
de interés que están vertebrados a su quehacer
organizacional, para que los resultados cuantificables sean auspiciosos. El
gerente/líder efectivo construye con su equipo un cuento potente de su
organización y es capaz de sustentarlo en forma coherente (identidad
corporativa).
Escuchar
el mundo interno de sus equipos, audiencias, clientes, mercado, etc., es el desafío del gerente/líder hoy, pues sólo
así podrá descubrir que es aquello que los inquieta, afecta, restringe, limita e insatisface. Escuchar que es aquello que le
afecta al otro, no los números y resultados de sus acciones; pues esta escucha es muy evidente y lineal, sino
que, escuchar con mayor profundidad el relato del otro, es lo que le dará el
sentido generativo a la acción del líder, y es el punto de inicio de un proceso
virtuoso para cambiar resultados.
Los
resultados son generados por las personas desde su coherencia interna: creencias
y emociones y si estos resultados le generan insatisfacción entonces,
son estas creencias y emociones las que el líder requiere trabajar primero.
Hemos
sostenido que las conversaciones virtuosas son las palancas transformadoras de
las creencias límites y patrones emocionales inefectivos que portan las
personas y organizaciones, y que el gerente/líder
moderno se hace cargo de ellas para co-generar con el otro, desde un nuevo
espacio de confianza y abundancia,
visiones potentes de futuro, con el compromiso de ambos para alcanzarlas.
Exploremos
cuales son los dominios que comprenden las competencias socioemocionales que
nos hemos referido hasta ahora:
a) Servir a las personas con
pasión Alineado y apasionado con la capacidad de servir, de resolver y mejorar continuamente los vínculos, el bienestar y los resultados de las personas, con sinceridad, entusiasmo y decisión, articulando el sentido de su quehacer con el desarrollo de las personas y sus potencialidades, en sintonía con la organización, la comunidad y el entorno.
b) Manejar la energía emocional
Capacidad distinguir el mundo emocional: emociones básicas y estados de ánimo propios y del otro. Habilidad para regular y usar efectivamente la energía emocional para sustentar relaciones desde la comprensión, empatía y cuidado por él otro. Disposición a la flexibilidad para actuar desde distintas posibilidades de acuerdo a las exigencias de los otros y del entorno, que le permita mayor efectividad y eficacia en sus resultados. Logra desmantelar estados de ánimo infectivos como resentimiento o resignación. Cierra el pasado en paz, está siempre disponible al perdón.
c) Conversar efectivamente
Capacidad de silenciarse y focalizarse en el otro. Se comunica desde su centro, escuchando activamente, preguntando con sentido, afirmando con pruebas y fundamentando sus observaciones. Modula su lenguaje en forma impecable, siendo cordial, franco y oportuno en la relación. Usa un vocabulario adecuado al otro y a la cultura donde se desenvuelve.
d) Centrar el Ser
Capacidad para alinear su ser desde el silencio mental, la paz emocional y la quietud corporal. Desde su centro aborda los quiebres, resuelve situaciones y atiende los requerimientos. Focaliza sus sentidos en el ahora y aquí, logrando estar consciente de lo que siente, dice y hace y, con responsabilidad asume las consecuencias de sus decisiones.
e) Volver al centro (resiliencia)
Capacidad de volver al centro emocional de la paz para salir de espacios limitantes, con la habilidad de extraer aprendizajes con valor de la experiencia, sintiéndose fortalecido con nuevos recursos para mirar con confianza su devenir.
f) Creatividad e innovación
Capacidad de desarrollar un pensamiento fluido y flexible, con una disposición o actitud de apertura para mirar nuevas posibilidad frente a una demanda o anomalía detectada. Capacidad de liderar un proceso participativo y metódico para construir con los equipos alternativas originales, efectivas y con valor aplicadas a la resolución de una situación de quiebre. Capacidad de inventar nuevas prácticas culturales sorprendiendo a los otros
g) Impecabilidad en los compromisos
Capacidad de establecer compromisos en forma sincera y responsable. Acuerda con detalles y precisión las acciones que hará, cómo, cuándo, dónde y a qué costos. Avisa oportunamente cuando se produce un cambio o si no logrará desarrollar la agenda comprometida. Honra su palabra y asume su responsabilidad de sus acciones.
h) Visión de vida con sentido
Conectado con el sentido sagrado y profundo e la vida, el aprendizaje y las relaciones humana. Aceptación de las diferencias individuales y valoración del otro como otro legítimo. Capacidad de aprender y de agradecer de todas las experiencias de la vida conectado con el amor, la trascendencia, gratitud y abundancia.
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