Constelaciones Emocionales: ser o no ser féliz

La felicidad surge de la experiencia de estar habitando en la casa de la energía vital: la casa de la madre o del amor. Tres constelaciones sustentan esta casa: la de la alegría, la de la ternura y la del erotismo. Cualquier experiencia que me sitúe fuera de esta casa o sentir la sensación de perderle o de ser expulsado de ella, generará la experiencia del desamor. Tres constelaciones sostiene esta vivencia: la constelación del temor, la constelación del rencor y la constelación de la tristeza. Apertura Mis experiencias emocionales han afectado mis posibilidades de ser o no ser. El ser tiene la potencialidad de crear. La afirmación del ser vitaliza esta potencia. La negación del ser la debilita. El no ser es la negación de la vida o la afirmación de la muerte. Muerte o vida constituyen dos constelaciones emocionales maestras sustentadas en dos espacios de posibilidades de ser, que constelan cada uno de ellos, ya sea en el amor o des-amor respectivamente, afectando con su fuerza la efectividad, satisfacción, bienestar y calidad de vida. Experiencia Las constelaciones emocionales son aprendizajes que operan como patrones re-activos para interpretar, decidir y actuar frente al entorno. Forman parte de la biografía y se adquirieron en la dinámica que sostuvo el nicho afectivo-socio-cultural y ecológico en el que se desarrolló la persona. Muchos de estos aprendizajes han sido replicados generación tras generación.(lo que aprendí fue necesario para mantenerme vivo) Una coherencia estructura este patrón, que está configurado por una creencia o juicio cultural que opera automáticamente desde nuestra historia (abuelos-padres), generando un impulso o pulsión, que orienta la búsqueda de un tipo específico de satisfactor, activando con este mecanismo acciones determinadas, con las que se asumen los comportamientos y se obtienen los resultados en las relaciones con el entorno. Las creencias surgen del contexto histórico, la actitud es la predisposición energética y la acción es la expresión del ser operando en el contexto. Esta dinámica mantenida y recurrente forma a la vez un circuito orgánico en el que se sustenta el aprendizaje emocional. Todo comportamiento es emocional y toda emoción está constituida por una trama biológica-cultural desarrollada en un contexto histórico.

Evidencia Mi experiencia ha grabado en mí ser circuitos biológicos que me predisponen a percibir y actuar en la vida de una manera y no de otra. Lo que aprendí conductualmente respondió a una estrategia de sobrevivencia que desarrolló mi ser biológico para mantenerse vivo o sobrevivir a los requerimientos demandados por el nicho ecológico que me sustentaba (entorno socio-emocional). Estos aprendizajes vitales constituyen filtros o paradigmas profundos que a veces, independiente el tipo o cambio de entorno que disponga hoy, siguen interpretando las señales de este entorno como lo hacían antiguamente, reproduciendo las mismas sensaciones y repertorios conductuales. Hoy soy todo lo que he aprendido a ser. Un sobreviviente de mi historia. Soy mi biología Mi biografía Mi narrativa Tengo 3.800 millones de años Reflexión ¿Cómo superar o romper estos circuitos emocionales primarios? Si evaluamos que la calidad de nuestra vida no nos reporta satisfacción, bienestar y efectividad, necesitamos aprender a instalar nuevos patrones o circuitos emocionales. Los circuitos emocionales primarios seguirán existiendo y sólo serán superados en la medida que se instalen nuevos circuitos que consciente-mente sean percibidos como valiosos y le otorguen sentido al cambio requerido. Necesitamos desarrollar nuevos hábitos emocionales. Es necesario entrenarnos en forma asistida, pidiendo nuevos ojos e interpretaciones, que hagan posible cambiar la percepción de las señales que distinguimos en nuestro entorno, superando la interpretación histórica, rompiendo las creencias fundamentales sobre el poder que tenemos para ser protagonistas en la creación de nosotros mismos y en el de nuestro habitad o entorno. El salto es pasar del papel de víctima, pasividad o de ingenuidad, al rol de responsabilidad protagónica. La trayectoria de vida que hemos logrado ha sido sostenida como consecuencia de una forma de percibir- interpretar, emocionar-sentir, y expresar-actuar en el mundo. Si no cambiamos los contenidos de esta coherencia que sustenta nuestro ser-observador, la trayectoria de nuestro comportamiento seguirá la dirección de la lógica del pasado. Un quiebre en la dirección de la trayectoria es posible lograrlo cuando estamos dispuestos a declarar que en algunos dominios de nuestra vida estamos obteniendo insatisfacción, in efectividad y hacernos cargo de cambiarnos, re-inventar nuestra coherencia como observador, y desde ahí y con ello, generar nuevos recursos socio-emocionales y herramientas o tecnologías, para realizar nuevas acciones en busca de efectivos resultados.

Restaurando la paz El cambio en la dirección de nuestra trayectoria y sus resultados asociados requerirá aprender a re-crear el contenido de nuestra percepción e interpretación que hacemos de nosotros mismos y, desde ahí,instalar nuevos recursos socio-emocionales y herramientas para sustentar nuevas acciones. Para intervenir en nuestra coherencia ontológica (Ontopoyesis) o sobre nosotros mismos se requiere hacerlo desde un espacio emocional de paz. Nuestro primer desafío es construir un pacto o tratado de paz con nosotros mismos. Este pacto nos facilitará mirar el pasado sin sentimientos de culpa o rencor por lo vivido, para valorarlo como una escuela maestra, aquilatando las experiencias como las posibilidades que me nos han permitido llegar a ser el que somos hoy, aceptando lo vivido con todos sus efectos e impactos. Meta-conciencia Si la realidad que percibimos y sentimos y, en la cual operamos, la estamos construyendo nosotros mismos, desde nuestro ser, inserto en su nicho ecológico (historia, entorno físico, vínculos), y ésta nos reporta insatisfacción, la pregunta natural que surge de esta constatación es; ¿cómo crear una nueva realidad?. Tomar conciencia que somos creadores y que creamos desde nuestro interior, desde una constelación emocional, que contiene límites y posibilidades yes crítico ara nuestra transformación evolutiva. Así la meta-conciencia es lograr tener conciencia del ser creativo que somos. Más aún, de la capacidad de descubrir, con asistencia de un tercero, de aquellas variables invisibles que traemos a nuestro proceso creativo y que nos afectan en como generamos nuestro bienestar y efectividad. Construyéndome para construir una nueva realidad Es posible aprender a construir una nueva realidad que nos reporte bienestar, efectividad, salud y desde ahí crear un habitad para lograr un desarrollo humano más armonioso y sustentable, ya que ese es el propósito de un proceso profundo de transformación personal, la respuesta es si. La meta-conciencia asistida nos permitirá tomar conciencia de cómo nos estamos constituyendo en el observador que somos en un momento determinado y como desde esa coherencia actuamos. En este sentido, es importante descubrir los patrones maestros que tienden a influenciar en nuestra identidad; aquellso que nso otorgan poder o los que nos limitan en al expresión del ser creativo, efectivo y feliz que aspiramos a ser. El sufrimiento ontológico Tres constelaciones emocionales que nos generan sufrimiento, in efectividad son; la constelación emocional del rencor, la constelación emocional de la culpa, la constelación emocional del miedo. Estas tres constelaciones se articulan de una vivencia maestra que llamaremos la de des-amor. Si el amor es la casa de la energía de la vida; la casa de la madre, el des amor es no estar habitando allí: sentir haber perdido, tener rabia por no tener acceso a ella o culpa por haber quebrado un código que significó la expulsión. La felicidad ontológica (del ser) La felicidad ontológica surge de la experiencia de estar habitando en la casa de la energía vital: la casa de la madre. Esta casa se sostiene en tres constelaciones. La constelación dela alegría, la constelación de la ternura y la constelación de erotismo. Un proceso de trasformación del ser emocional es posible lograrlo a través de un Coaching emocional profundo. Esta es mi promesa.