viernes, 3 de mayo de 2019

Competencias Socio.emocionales: mal llamadas "blandas"


En la mayoría de las conferencias o talleres que he impartido me ha llamado la atención, por decir lo menos, el nombre y desconocimiento que aún se tiene en las organizaciones de las habilidades socio-laborales que marcan la efectividad y bienestar de las personas en su desempeño.
   
El desconocimiento en general de estas habilidades ha significado que muchas personas las cataloguen como “competencias blandas”. Paulatinamente las organizaciones empiezan a reconocer que sus equipos necesitan otras habilidades, más allá de dominar su rol, funciones y tareas, habilidades que los trasformen en verdaderos protagonistas de sus resultados y del clima laboral que construyen.

¿Cuáles son estas competencias?
Desde mi perspectiva y experiencia en el campo de formación y entrenamiento de líderes y equipos de trabajo, he sistematizado un conjunto de destrezas relacionales que, a mi juicio, son las que mejor potencian al ser humano en su desarrollo socio-laboral.  Estas competencias refieren a cinco dominios del ser expresados en su quehacer o desempeño: competencia para la comunicación efectiva, competencia para el manejo de la inteligencia emocional, competencia de creatividad e innovación, competencia del dominio de la resiliencia y competencias de liderazgo positivo y eficaz y del trabajo en equipo
La competencia de la comunicación efectiva se basa en un saber escuchar y conversar desde el centramiento, en afirmar con pruebas, enjuiciar con fundamentos, pedir, ofrecer y comprometer con claridad, encanto manejando estándares de satisfacción para lograr acuerdos y compromisos sólidos. 
Inteligencia emocional es saber manejar la energía emocional que mueve las relaciones y que dispone energéticamente a las personas a realizar ciertas acciones. Requiere de un profundo conocimiento de cómo se ha desarrollado su ser emocional: sus emociones básicas y estados de ánimo, y desde ese entendimiento lograr la comprensión empática del otro, lo que se traducirá en un convivir más virtuoso, aceptándose y aceptando al otro desde la legítima diferencias, de sus sentires, deseos y preferencias, sin prejuicios, ansiedades, expectativas y resentimientos.    
Creatividad e innovación es una forma de pensar divergente que expande las posibilidades para abordar los desafíos frente a los quiebres (anomalías, desperfectos, reclamos) o a la necesidad de lograr el mejoramiento continuo de las tareas o la gestión. El pensamiento creativo se basa en su fluidez, flexibilidad, originalidad y elaboración de la calidad de propuestas que se crean para ofrecer soluciones innovadoras; originales, eficaces y valiosas.   

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